El trabajo que a continuación
presentamos, fue escrito por José C. Valadés, quien fue militante de la
central anarcosindicalista mexicana CGT en la década de 1920, y que logró recopilar
un acervo anarquista desde el último tercio del siglo XIX hasta el primer
tercio del siglo XX. Apareció en el periódico argentino ácrata La Protesta
(existe desde 1897), órgano de la Federación Obrera de la Región Argentina
(FORA).
Esta rebelión agraria socialista
protagonizada por Julio López Chávez, en plena República Restaurada, fue la
primera rebelión socialista en México; donde las ideas libertarias estuvieron
presentes en el imaginario de los campesinos.
Afirmamos, basándonos en hemerografía
de la época y bibliografía sobre las rebeliones en México, que fue en el año
de 1868 ésta insurrección y no en 1869, como sostiene José C. Valadés. Desde
luego, no le resta importancia al autor.
Hartos de no encontrarlo en
Internet, nos dimos a la tarea de capturarlo de su fuente original. ¡El
Internet es una estafa!
De la historia del anarquismo en
México. La insurrección de Chalco (mayo 1869)
I
La insurrección, manifestación de la
lucha entre la libertad y la autoridad, ha tenido un albergue constante en
los campesinos de México.
Estas explosiones, en su mayoría,
han sido rachas pasajeras, y aun cuando todas han tenido un pronunciado
carácter libertario, les ha faltado una expresión espiritual, un principio
definido.
Podemos afirmar que los campesinos
han mantenido una insurrección permanente, que debemos sostener con todas
nuestras energías, que debemos vivir diariamente, para la realización de la
revolución anarquista.
Pero si esa insurrección permanente
ha sido un constante ejercicio de los campesinos, no también ha dejado de ser
una fuente alimentada de los partidos de autoridad, para la conquista del
poder político. Estos movimientos insurreccionales y libertarios de los
campesinos mexicanos, han podido ser aprovechados fácilmente por la tendencia
autoritaria, debidamente organizada. Y es que esa “masa” que angustiosa
parte, no sabe de positivo a donde llegar. Entrevé la meta, es natural; pero
no se atreve a fijarla, y es de esas vacilaciones, el aprovechamiento y el
triunfo de los partidos de autoridad, que sí saben a donde van.
Cuantas enseñanzas nos han traído
estos movimientos insurreccionales. No solamente hemos conocido el manejo de
la guerra de guerrillas; también han llevado al pueblo a la convicción –los últimos
acontecimientos provocados por De la huerta la ratifican-, de que toda lucha
por la libertad, únicamente puede estar basada en el idea-fuerza.
Las insurrecciones, como decimos
arriba; han sido constantes. La mayoría han pasado desapercibidas, y otras
–las más importantes-, han sido calificadas de bandolerismo.
Seguramente, que la insurrección de
Chalco (mayo de 1869) tiene enorme trascendencia en la historia del
anarquismo en México. Por primera vez se clamaba por la abolición del
gobierno, para el verdadero triunfo de la libertad.
II
En el año de 1869 (1º de mayo) el
pueblo de Chalco (Estado de México), fue atacado por los soldados de la
República, quienes trataban de aprisionar a los autores del manifiesto que se
había lanzado el 20 de abril.
El manifiesto, dirigido a todos los
oprimidos y pobres de México y del universo, aunque difuso, es, sin embargo,
un hermoso documento de la libertad. Principia hablando de los abusos de los
latifundistas; del inicuo sistema de peonaje “por el que estamos condenados a
no disfrutar de la vida”. Pasa a dedicar enormes párrafos de ataques a la
religión cristiana y a sus representantes, y luego dice:
“Si los curas son malos, también son
todos los hombres que mandan. ¿Qué diremos de eso que hemos dado en llamar gobierno,
y es tiranía? ¿Dónde está el gobierno bueno?
Juárez, a pesar de llamarse
republicano y enemigo de la Iglesia, es un mocho y un déspota: es que todos
los gobiernos son malos.
Por eso, ahora, nos pronunciamos
contra todas las formas de gobierno: queremos la paz y el orden.
Hemos pedido tierras y Juárez nos ha
traicionado”.
Cuando el manifiesto trata de
explicar lo que la insurrección quiere, se hace confuso, ininteligible. Ha
alimentado un verdadero sentimiento antiautoritario, pero no puede aclararlo.
Ya para terminar su exposición, firme, contundente, como una expresión de
coraje, un resumen de sus deseos, dice: “En fin, lo que necesitamos es el
establecimiento de un pacto social entre todos los hombres, a base de respeto
mutuo”.
III
Julio Chávez, fue uno de los
iniciadores y más activos militantes de ese movimiento.
Campesino rudo pero inteligente.
Asiduo concurrente a la Escuela Moderna que en 1866 estableció en Chalco,
Plotino Rhodakanaty, llegó a ser un convencido y hasta fanático de lo que él
llamaba socialismo-anarquista (carta a Zalacosta del 3 de noviembre de 1866).
“Soy socialista, le dice, porque soy enemigo de todos los gobiernos, y
comunista, porque mis hermanos quieren trabajar la tierra en común”.
Zalacosta, Juan Villarreal y
Hermenegildo Villavicencio, formaban, en 1865, un grupo de estudiantes
avanzados. A este grupo ingresó, poco después, Plotino Rhodakanaty, profesor
de filosofía en la escuela preparatoria. Hombre de amplia cultura y de clara inteligencia,
autor de varias obras filosóficas ( De la Naturaleza, parís 1860,
Neo-Panteísmo, México 1864) y admirador y traductor después, de J. P.
Proudhon, abrió un nuevo horizonte a aquellos tres jóvenes estudiantes, que
han sido los precursores del anarquismo y del movimiento obrero de México.
Zalacosta, el primero que en México
se llamó anarquista, fue de los fundadores, justamente con Rhodakanaty, de La
Social, sección internacional, y que constituyo la fracción mexicana del
bakuninismo. Villavicencio, murió muy joven, poco después de haber estallado
la insurrección de Chalco (diciembre de 1869). También joven, lurió Juan
Villarreal, pero antes de su muerte (1872), pudo ver aquel grandioso
movimiento obrero, que se acababa de adherir a la federación jurasiana.
Este grupo de jóvenes, y
principalmente Rhodakanaty, influyeron grandemente en la mentalidad de Julio
Chávez.
Rhodakanaty, separado de su cátedra
de filosofía en la preparatoria y hostilizado por el imperio de Maximiliano,
se refugió en Chalco, donde fundó la Escuela Moderna.
Esta escuela, a la que Rhodakanaty
llamaba la “escuela de la razón y del socialismo” (carta a Zalacosta del 15
de enero de 1865), influyó grandemente en la mentalidad del pueblo. “En el
día –escribe en la misma carta-, tengo infinidad de niños, que semidesnudos,
temblando de frío y de hambre, aprenden no solamente las primeras letras del
castellano, sino también las primeras nociones de libertad. Por la tarde,
después de terminar sus pesadas faenas, concurren algunos peones. ¡Cómo se
aplican estos buenos hermanos!
Unos meses después, escribe
nuevamente Zalacosta (3 de septiembre de 1865) ”entre ellos, está un
muchacho; trabaja en una hacienda cercana a Texcoco. Ya aprendió a escribir;
sabe también hablar regularmente. Me ha dicho. Me ha dicho que pronto dará
una conferencia socialista. Le he hablado de usted y me ha ofrecido hacer una
tentativa de escribirle. Se llama Julio Chávez”.
Al triunfo de la República (1867),
Rhodakanaty volvió a la Ciudad de México, tal vez con la esperanza de ocupar
nuevamente su cátedra en la preparatoria, Chávez quedose encargado de la
escuela de Chalco.
De vez en cuando escribe a Zalacosta
(seguramente que con Rhodakanaty sostuvo una continua correspondencia; pero
por desgracia, no ha sido posible encontrarla hasta la fecha), hablándole de
sus actividades.
“La escuela que fundó el maistro don
Plotino, le dice a Zalacosta, (sin día, diciembre de 1868), ya no es escuela,
es un club por y para la libertad”.
Parece que a primeros de 1869, hizo
un recorrido por distintas poblaciones cercanas a Chalco. En una nota,
dirigida al mismo Zalacosta y fechada en Puebla (18 de enero de 1869), le
dice: “Hemos llegado hasta acá. Hay mucho descontento entre los hermanos, por
la noche todos los generales quieren apoderarse de la tierra de nuestros
hermanos. ¿Qué le parecería a usted que hiciéramos la revolución socialista?
Y esto, que aparentemente es un
arranque infantil de Chávez, fue algo perfectamente madurado en el cerebro de
aquel joven campesino. Es indudable que desde aquel momento aumentó en él la
idea de la revolución socialista.
Seguramente que trabajo con ahínco
en ese sentido, al grado de haber alarmado bastante a la región; pues, dos
meses después, el gobierno de Juárez enviaba fuertes contingentes de fuerza
armada a los lugares cercanos a Chalco.
La última nota (abril 18 de 1869),
enviada a Zalacosta –última también encontrada-, dice Chávez: “estamos
rodeados por un batallón. Nada importa. ¡Viva el socialismo! ¡Viva la
libertad!
IV
La noche del 1º de mayo de (1869),
después de del ataque de los soldados de la República, que trataban de
aprisionar a Julio Chávez, y de la defensa espontánea y heroica del pueblo,
infinidad de campesinos armados abandonaron la población.
Se retiraron a la falda del volcán
Iztaccihuatl, donde se fueron concentrando más los grupos de campesinos
armados.
Un mes después, los insurrectos se
dividían en dos partidas. Anselmo Gómez, se dirigió al estado de Veracruz. El
11 de junio, con 150 hombres atacó y capturó Chicontepec. El jefe político de
esta población, informó al ministerio de guerra, que “el bandido Anselmo
Gómez, al frente de 150 bandidos”, había capturado la población “cometiendo
toda clase de atentados contra la propiedad y proclamando que desconocen a
todo el personal de todos los gobiernos”.
Chávez, atacó y se posesionó de San
Martín Texmelucan, donde se hizo de pertrechos de guerra, así como infinidad
de campesinos, se unieron al movimiento. Rápidamente se dirigió sobre
Atotonilco, Apizaco y otras poblaciones. A principios de julio, los
insurrectos de Chávez ascendían a un mil. Pero no era todo. En cada pueblo,
aparte de de excitaba a los campesinos a que se posesionaran de las
haciendas, quedaban grupos armados.
El Estado envió fuertes contingentes
militares a combatir a Julio Chávez. Chávez no hizo resistencia, parece que
tenía grandes esperanzas en la resistencia que opusieron los grupos de
campesinos armados, y en lugar de hacer que el núcleo mayor se distribuyera
en guerrillas, avanzó al estado de Hidalgo.
Este movimiento de Chávez, lo llevó
al desastre. En el primer combate presentado cerca de Actopan, estado de
Hidalgo (agosto 17 de 1869), los insurrectos fueron completamente
destrozados, cayendo prisionero Julio Chávez.
Julio Chávez, fue conducido
inmediatamente a Chalco, donde fue fusilado, en la casa que fue de Escuela
Moderna, la madrugada del 1º de septiembre.
Cuatro meses después de su salida de
Chalco, Julio Chávez, caía lanzando su primer grito y que también fue el
último: “¡Viva el socialismo!”.
V
Después de la derrota y fusilamiento
de Chávez, los campesinos los campesinos formaron grupos armados, concentrado
su actividad en Hidalgo y Tlaxcala.
Anselmo Gómez, se mantuvo en
Veracruz con su guerrilla y más tarde se unió al movimiento político de
Porfirio Díaz.
Las noticias de la Comuna de París,
hicieron crear fuerzas a Zalacosta y a Rhodakanaty. A fines de 1870,
Zalacosta trató de unirse a los grupos de campesinos armados de Hidalgo, que
valientemente sostenía una guerra de guerrillas, que el Estado no podía
exterminar, a pesar de los gruesos contingentes militares destacados para su
extermino.
Zalacosta obró imprudentemente, y
antes de que lograra salir de la Ciudad de México, fue aprehendido. La
actividad de Juan Villarreal, al tratar de buscar au libertad con una huelga
de los gremios recién organizados, dio pronto resultados, y Zalacosta salió
de la prisión.
Todavía nueve años después, muchos
grupos armados de los que operaron en Hidalgo, y que habían luchado al lado
de Julio Chávez, se dirigieron al estado de San Luis Potosí, al llamado que
hizo el Directorio Socialista, que salió nombrado en el congreso de los
Pueblos Unidos de la Confederación Mexicana, celebrado en Sierra Gorda, el 1º
de junio de 1879.
Y aquellos maltrechos restos de los
luchadores por la libertad, se fundieron en aquel famoso ejército del pueblo,
organizado por falansterios y comunistas, con el fin de conquistar el poder
político, “para la implantación del gobierno comunista” (Manifiesto y Plan de
Sierra Gorda, del 1 de junio de 1879).
En Sierra Gorda terminó, pues, el
movimiento libertario e insurreccional iniciado el 1º de mayo de 1869 en
Chalco, y que más tarde (1882), así como si el camino de la libertad
estuviese al norte, hizo explosión en Chihuahua.
José C. Valadés. México, marzo 20 de
1924. Publicado en La Protesta (Suplemento Semanal), Buenos Aires, 1º de mayo
de 1924.
Publicado por El Tabiquero
Los Tabiques: Los escritos
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De la historia del anarquismo en México. La insurrección de Chalco (mayo 1869)
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