Se celebra por primera vez la "Fiesta del Trabajo" en la ciudad de Chihuahua, México

'Día del trabajo

 En todo el mundo, el primero de mayo se conmemora el Día del Trabajo en honor de los Mártires de Chicago, obreros de una empresa estadounidense muertos en esa ciudad en el año de 1886, por llevar a cabo una huelga en demanda de una jornada laboral de ocho horas.

          En julio de 1889 se realizó en París el Congreso Internacional con representantes de los trabajadores de varios países europeos, en el que decidieron crear la Segunda Internacional, una organización entre cuyos fines se encontraba el de propugnar por el establecimiento de una legislación laboral favorable a la clase obrera, La delegación francesa presentó la iniciativa para que se preservara en la memoria el sacrificio de los trabajadores caídos en la lucha por alcanzar las mejoras a las que todo trabajador tiene derecho. El Congreso aprobó la iniciativa y estableció que cada primero de mayo, las agrupaciones laborales efectuarían manifestaciones públicas, además de exigir mejoras en sus condiciones de vida.

          En México, a partir de la última década del siglo pasado, la conmemoración de esta fecha se inició en lugares cerrados. Y no fue sino hasta el presente siglo que, en 1913, la Casa del Obrero Mundial, organización de trabajadores mexicanos fundada el año anterior, realizó el primer desfile obrero en la capital del país.

          La enorme manifestación, para su época, reunió a cerca de 25 mil trabajadores y artesanos de las más diversas actividades (ferrocarrileros, tejedores, carpinteros, zapateros, entre otros). La prensa de entonces daba la noticia de que el contingente inició el recorrido en la Plaza de la Constitución a las 10 de la mañana, pasando por Catedral y los portales de la plaza, para enfilarse por la calle de San Francisco -la actual Francisco I. Madero- y desembocar en la Alameda Central, donde realizaron un mitin en el Hemiciclo a Benito Juárez.

          La manifestación no fue el último acto de la jornada. Los trabajadores se trasladaron a la Cámara de Diputados para hacer llegar a los legisladores sus demandas más sentidas, entre las que se encontraban una jornada máxima de trabajo de ocho horas, indemnizaciones por accidentes laborales y el reconocimiento por parte de los patrones de sus organizaciones y dirigentes. No satisfechos, los contingentes obreros se trasladaron a la Plaza de Santa Catarina para rendir homenaje al héroe ferrocarrilero, Jesús García, quien en la población de Nacozari, Sonora, realizó la hazaña de desviar un tren cargado de dinamita a costa de su propia vida. La conmemoración del primero de mayo, de 1913, fue un día completo para los trabajadores mexicanos.

          Sin embargo, el gobierno del dictador Victoriano Huerta vio con profunda preocupación el incremento de las protestas y manifestaciones que siguieron a ese desfile, para acallarlas mandó encarcelar a varios dirigentes de la Casa del Obrero Mundial, lo que provocó un mayor impulso a las organizaciones de trabajadores. Al año siguiente, el primero de mayo se conmemoró con la fundación de la Confederación de Sindicatos del Distrito Federal.

          El proceso de organización de los trabajadores mexicanos recibió un gran apoyo al promulgarse la Constitución Política de 1917, documento que introdujo, además de las garantías individuales, las garantías sociales. Con el artículo 123, relativo al trabajo y a la previsión social, se sentaron las bases para el estgablecimiento de mejores condiciones de vida para los obreros y sus familiuas, reconociéndoseles diversos derechos, como el de huelga y el de formar organizaciones para la defensa de sus intereses.

          En 1918, en la ciudad de Saltillo, Coahuila, se realizó un congreso que culminó con la fundación de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM). El primero de mayo de 1919 esta organización, decidida a hacer valer los derechos laborales -a pesar de que con ello tuviera que enfrentarse al gobierno-, organizó por primera vez en su historia los actos conmemorativos de los Mártires de Chicago, actos que terminaron con el encarcelamiento de sus líderes.

          Muchas adversidades sortearon los trabajadores y sus organizaciones, y fue durante la presidencia del general Alvaro Obregón en 1923, que la celebración del primero de mayo se instituyó como una fiesta de la clase obrera. En 1925 la CROM celebró el Día del Trabajo con un desfile obrero que tuvo como testigo de honor al presidente Plutarco Elías Calles. A partir de ese momento, se conmemora este día con diversos actos organizados pro los principales sindicatos y confederaciones de trabajadores, en prácticamente todas las ciudades del país.


1 de Mayo de 1892
Así se conmemora el inicio en 1886, de la huelga general de los obreros de Chicago.

Después de la guerra civil, el norte de los Estados Unidos se industrializa aceleradamente y familias de inmigrantes alemanes, polacos e ingleses que ya no alcanzan tierras en el Oeste, se aglomeran en los barrios pobres. Las condiciones de trabajo de hombres, mujeres y niños son insalubres, los salarios muy bajos y las jornadas laborales hasta de catorce horas; asimismo, el desempleo cíclico agrava la miseria de las masas.

Desde 1877 las huelgas de los ferroviarios, las reuniones y las grandes movilizaciones son reprimidas, lo que provoca la resistencia y lucha de los trabajadores. En Chicago miles, sin hogar y hambrientos a causa del Gran Incendio, hacen manifestaciones pidiendo ayuda. Muchos llevan en pancartas inscritas las palabras "Pan o sangre”. Reciben sangre. Corridos al túnel debajo del río Chicago, son balaceados y golpeados.

En la década de 1880 comienza la organización de sindicatos en forma acelerada, por ejemplo el número de miembros de los Caballeros del Trabajo subió de 100.000 en el verano de 1885 a 700.000 al año siguiente.

En 1884 la Federation of Organized Trades and Labor Unions resuelve demandar la jornada de ocho horas diarias de trabajo mediante una huelga general a nivel nacional el 1° de mayo de 1886. Desde 1885 circula un volante que convoca a que ese día sea: " Un día en que con tremenda fuerza la unidad del ejército de los trabajadores se moviliza contra los que hoy dominan el destino de los pueblos de toda nación”.

El 1 de mayo decenas de miles de trabajadores salen a la calle en diversas ciudades norteamericanas, a pesar de que algunas empresas de Chicago contratan esquiroles. La huelga y los mítines continúan el día siguiente. El 3 de mayo los huelguistas y sus familiares se congregan frente a la planta Mc Cormick para recriminar a los esquiroles por su traición a los trabajadores y son brutalmente reprimidos por la policía con un saldo de varios muertos y heridos. En protesta por la agresión sufrida, los huelguistas acuerdan manifestarse pacíficamente en Haymarket. Cuando está hablando el último orador y la gente se dispersa por la lluvia, se presenta un destacamento de 180 policías fuertemente armados. El oficial al mando les ordena dispersarse, a lo que los trabajadores responden que se trata de un mitin legal y pacifico. Entonces un objeto luminoso explota entre el destacamento matando a uno e hiriendo a varios policías. De inmediato la policía comienza a disparar contra los huelguistas y cientos de ellos son heridos y varios acribillados. En la confusión mueren otros 6 agentes por las balas perdidas de sus propios compañeros. Nunca se sabrá quien arrojó la bomba, aunque existe la versión de que fue un provocador identificado como Rudolf Schnaubelt, quien fue arrestado dos veces por la policía después de los hechos, pero en ambas ocasiones se le dejó libre y después de la ultima vez, no se le volvió a ver por Chicago.

Los empresarios y el gobierno usan estos sucesos violentos para acusar a los trabajadores, principalmente a los anarquistas de provocarlos, por lo que les clausuran sus periódicos y allanan sus casas y locales. Asimismo, en supuesta prevención de más desórdenes, los mítines son prohibidos. Por su parte, los medios de comunicación lanzan una intensa campaña de ataque a todo lo que tenga signo de revolucionario o subversivo y piden la horca para los trabajadores que resulten responsables.

El 21 de junio son aprehendidos ocho líderes para ser juzgados, todos miembros de la International Working People Association. El jurado se integra con hombres de negocios y un pariente de uno de los policías muertos, no se sigue el procedimiento normal para la elección de un jurado, en su lugar se nombra un alguacil especial. El juicio es totalmente manipulado: no se comprueba participación o relación con el incidente de la bomba, la mayoría de los encausados no estuvo presente, y uno de los dos que estuvieron presentes era el orador al momento en que la bomba fue lanzada. El mismo fiscal Grinnel lo confiesa: "El gran jurado ha escogido y acusado a estos hombres porque fueron los líderes. No son más culpables que los miles que los siguieron. Señores del jurado, condenen a estos hombres, denles un castigo ejemplar, ahórquenlos y salven nuestras instituciones, nuestra sociedad”.

Se les declara culpables y son sentenciados a muerte Luis Lingg, Augusto Spies, Jorge Engel, Alberto Parsons, Adolf Fischer, Michael Schwab y Samuel Fielden; uno, Oscar Neebe, a 15 años de prisión. Durante varios meses se realizan manifestaciones, movilizaciones y boicots para salvar sus vidas y pedir el indulto.

Fischer escribe "¿pedir perdón por mis principios, por lo que creo justo y bello? ¡Jamás! No soy hipócrita y no puedo intentar que se me perdone por ser anarquista". Engel se pregunta: ¿En qué consiste mi crimen? En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonan millones (...), otros crecen en la degradación y la miseria. Spies desafía: “¡Si la muerte es la pena por declarar la verdad, pues pagaré con orgullo y desafío el alto precio! ¡Llamen al verdugo!".

Lingg se libera mediante el suicidio (hay también la versión de que es asesinado), tras declarar: “Para nosotros la tendencia del progreso es la del anarquismo, esto es, la sociedad libre sin clases ni gobernantes, una sociedad de soberanos, en la que la libertad y la igualdad económica de todos producirían un equilibrio estable con bases y condición del orden natural”.

Se conmuta la pena de muerte por cadena perpetua para Schwab y Fielden, pese a que ellos repiten que prefieren la muerte instantánea a la muerte lenta.
Al mediodía del 11 de noviembre marchan a la horca los cuatro líderes restantes entonando La Marsellesa Anarquista. Parson, que había rechazado la libertad y preferido morir con sus compañeros, grita: "Que se oiga la voz del pueblo”. Spies sentencia mientras le cubren la cabeza con la capucha:“¡Tiempo llegará en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy vosotros estranguláis!”

Más de medio millón de personas acompañan al cortejo fúnebre. Siete años después, el Gobernador de Illinois, John Peter Altgeld declarará la inocencia de los ocho acusados y liberará a los tres sobrevivientes. Se construirá un monumento en Haymarket para depositar los restos de los hombres juzgados y honrar su memoria. Pero la jornada laboral de ocho horas esperará hasta 1935 para ser aprobada durante la presidencia de Franklin Delano Roosevelt.

En 1889, el Congreso de la Segunda Internacional celebrado en París, instituirá este día como el Día Internacional del Trabajo en homenaje a los obreros asesinados. Desde 1923, en México se celebrará oficialmente el “Día del Trabajo” y será día de descanso obligatorio. Hoy “Los Mártires de Chicago” son recordados en todos los países del mundo como símbolo de dignidad de la clase trabajadora, menos en Estados Unidos y Canadá, que a partir de 1894 celebran el “Labor Day” el primer lunes de septiembre para reconocer la contribución de los trabajadores al bienestar nacional y celebrar el verano, sin mención alguna con los sucesos de Chicago.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.

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